Mírame con las yemas de tus dedos, de cabo a cabo. Óyeme con
tus labios que en cada poro escondo todo aquello que no digo, háblame con tus
ojos que de tus palabras ya nada creo.
Que cada palabra que un día dijimos hoy me quede muda, que
no quiero teorías que tener que desmontarte. Y al despertar espera conmigo que
vuelva amanecer, que ya he pasado muchas noches preguntándome si tu frio me
llamaba.
Y en realidad eres el único musculo del cuerpo que aún me duele,
el único hueso que aún me cruje en cada cambio de estación y en cada sueño,
eres tu el que siempre vuelve; soñando de
noche o más bien de día.
Porque espero creer en todo eso que tantos tienen y que yo
solo encuentro en tu espalda y en mi estomago no vuelan mariposas al verte,
ni saltaré por ti si tu saltas pero eres el único nombre que solo pronuncio
cuando estoy sola y el alcohol ya no hace medir mis palabras, eres las únicas
pisadas que quiero escuchar a mi espalda cuando las noches son eternas o
cualquier día de la semana. Eres mis cambios de humor, el mapa de mi ciudad y
la banda sonora de cualquier película que aún espero que recuerdes.
Preciosisisisisimo niña, somos todo aquello que echamos de menos!
ResponderEliminarUn abrazo y Felices Fiestas.