Hoy tengo la buena suerte de saber que el mundo hoy no me robara nada, no será un trece de esos que me persiguen.
Trece veces volvería a cometer el error de enredarme en ti.
Trece veces son los intentos que hago el día por apartarte de mi mente.
Trece son las veces que necesitaría para explicarte que es él para mí.
Y es el trece el numero que me hace perder una y otra vez, es el trece quien me regala un si a la superstición y es el trece quien me quito el aire un día y ahora ha vuelto para llevarse también tu sonrisa.
Cúlpale por recordarme hoy los días que llevo sin ti.
Cúlpale porque es él quien me recuerda que a pesar de todo ya no te espero.
Trece veces gritaría te quiero.
Y aun así no te espero, no lo hago más.
Debería tatuarme el trece donde quede a mi alcance aunque sea solo para tener al enemigo cerca.
SOLEDAD
ResponderEliminarQuerida compañera de viaje,
cuánto tiempo hace que te conozco,
y que me acompañas en todo momento...
tristes tardes hemos compartido juntos,
amargos momentos hemos soportado...
cuando ella se marchó, tu llegaste,
y ahora, como entonces, sigo aquí,
entre calles de penuria y anhelo,
solo entre la multitud, desesperado,
perdido en mi casa, sin nada ni nadie...
todo antes era diferente, parecía eterno...
largos días inventando historias de amor,
largas noches durmiendo entre besos y caricias,
soñando contigo en nuestro futuro,
viviendo contigo en nuestro presente,
pero ahora solo eres pasado,
y yo ya no me tengo historias que contar,
no tengo vida, no tengo esperanza,
solo me quedan tus cartas y tus fotos,
vanos testigos de lo que un día fue,
que no consuelan mi sed ni mis lamentos,
que no ayudan en la tempestad del olvido,
que no dejan otro camino que continuar,
junto a ti querida acompañante de viaje,
junto a ti compañera inseparable de mis días...