No ves mis ojos
mirándote,
disfrutando de
esa luz tan tuya,
tan fuego
templado que me calma los tiritones.
Lo que más me
gusta de ti es la inocencia que okupa,
(Así con k,
con la rebeldía
de quien encontró su nuevo hogar en tus ojos)
tu mirada.
Tú no sabes lo
que es despertarse
con esas pupilas
fijas en mi piel,
como si desearas
inventar en ella,
dibujarme un
mapa de besos
para después no
perderte.
Por eso te
quiero, porque no sabes nada de ti
y así me regalas
dos vidas:
La primera para
aprenderte,
de principio a
fin ,sin prisas.
La segunda para
enseñarte quien eres
y en que me
conviertes.
Y aquí tienes la
mía: mi vida,
que es más corta
desde que despiertas arropándome
y las horas
pasan por mi carril a toda velocidad,
como pasan los
aviones que no llegamos a coger
y sin embargo,
se elevan cargados de tantos sueños...
Preciosas palabras. Un Saludo.
ResponderEliminarSi te apetece, pásate por mi blog: missswart.blogspot.com.es