Aqui no existen los paraguas.

Es cierto, soy egoísta, utilizo a la gente, me aprovecho de ellos para beneficiarme.
Soy culpable, utilizo a la gente que quiero para rellenar aquellos vacíos que por mi sola no lleno, me alimento de sus miradas de complicidad, del aire que queda entre un abrazo y otro y la sensación cálida que dejan en el cuerpo.
Soy egoísta por rellenar mis minutos con tus ganas, con tus ganas de quererme que yo veo y evito, soy egoísta y puedes culparme por ello.
Pero asume que mi egoísmo nace de mis ganas por seguir, que relleno mis huecos contigo y mientras tú te quedas con algo de mí.
Asume que si entras en mi vida, me robaras y no opondré resistencia.


Y las horas dejan de existir y la fuerza cobra un segundo puesto. No importa cuanto llueva fuera, no existe un día a día y he gritado a la vida que pare que me bajo unos segundos.
Quizás no lo creas, quizás no importe , pero la conciencia no tiene sitio en esta habitación, la coraza es innecesaria y los besos por primera vez no engordan.
Y es un absurdo que se ríe de la realidad , un imposible que nunca existira y quizás por eso aqui carezca de sentido.
Tus ojos hoy me miran distinto, el hueco de tu piel me parece una aventura y el latido de tu corazon hoy se refleja en mi pecho.

Y al salir, cierra bien la puerta, que no se vaya este aire, cogeré de nuevo el tren que me devuelva a la vida y allí con un nuevo lunar en la piel volvere a ser quien era...


Solo espera que deje de llover.