Tú, mejor que nadie la conoces.
Sabes que se sube a los tacones más altos en sus días más bajos, que difumina sus ojos cuando visten triste y los convierte en ventanas para dejar entrar la noche y fundirse en ella.
Conoces su risa nerviosa, que comienza siendo fingida y termina por arrastrarla, quizás por necesitar ese sonido que le recuerda quien es, que quiere , que le hace feliz y porque está cansada de caerse.
Mejor que nadie conoces su manera de enredarse, su poder de dividirse, sus ganas de formar un todo y su incapacidad de pertenecer a nada. Esas son las noches que extraña y a las que ahora teme.
Las imagina oscuras, sinuosas, pero con el mismo atractivo que esa canción que no deja de tararear, con miles de voces y caras conocidas, a las que seguramente mirara y no verá.
Dispuesta a dejarse llevar, sabiendo que en cada paso huirá de ti de la misma forma que sin querer, no dejará de buscarte.
Buf! Me ha encantado el texto. La forma en que se la describe, a esa tercera persona, jugando con opuestos, dando detalles que tan sólo una persona muy cercana y que la quiere bien sería capaz de dar...No sé, cuenta una historia y a la vez no, dejando libre al lector de entender lo que quiera. Magnífico, felicidades por el resultado :)
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