sábado, 16 de abril de 2011

No apagues tus luces para mí.

Tú, mejor que nadie la conoces.
Sabes que se sube a los tacones más altos en sus días más bajos, que difumina sus ojos cuando visten triste y los convierte en ventanas para dejar entrar la noche y fundirse en ella.
Conoces su risa nerviosa, que comienza siendo fingida y termina por arrastrarla, quizás por necesitar ese sonido que le recuerda quien es, que quiere , que le hace feliz y porque está cansada de caerse.
Mejor que nadie conoces su manera de enredarse, su poder de dividirse, sus ganas de formar un todo y su incapacidad de  pertenecer a nada. Esas son las noches que extraña y a las que ahora teme.
Las imagina oscuras, sinuosas, pero con el mismo atractivo que esa canción que no deja de tararear, con miles de voces y caras conocidas, a las que seguramente mirara y no verá.
Dispuesta a dejarse llevar, sabiendo que en cada paso huirá de ti de la misma forma que sin querer, no dejará de buscarte.

1 comentario :

  1. Buf! Me ha encantado el texto. La forma en que se la describe, a esa tercera persona, jugando con opuestos, dando detalles que tan sólo una persona muy cercana y que la quiere bien sería capaz de dar...No sé, cuenta una historia y a la vez no, dejando libre al lector de entender lo que quiera. Magnífico, felicidades por el resultado :)

    ResponderEliminar

Deja tu sonrisa por aqui , prometo devolverla.
;)

Tweets por @PeeennyS