No puedo evitar sonreír porque existes, porque estás ahí, porque veo tu debilidad una y otra vez.
No puedo decir que no cuando apareces, soy incapaz de rechazar tus ojos, de no seguirte el juego, de no caer.
Se jugar hasta que el fuego quema.
Nuestras cenizas viven esparcidas entre tu yo.
Y ya no le tengo miedo a lo que sentí por ti y a lo que siento.
Lo primero era arrasador, vivo, frágil, inconsciente, momentáneo, grande. Lo segundo es lleno, irónico, instintivo, inevitable, fuerte, eterno.
Nuestras vidas son dos ríos que acaban encontrándose, que lo harán siempre.
Nuestro camino juntos es imposible.
Absurdo es que sé que eres cada una de las líneas que hay dibujadas en mis manos, sé que me buscas en las tuyas y tener ese certeza es algo que me enseña a vivir, aunque sea sin ti.
Con sólo mirarme me liberas,
ResponderEliminarAunque yo me haya cerrado como un puño
siempre abres
Pétalo tras pétalo mi ser.
Como la primavera abre con un toque
Diestro y misterioso su primera rosa.
Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
Pero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos
Es más profunda que todas las rosas.
Nadie, ni siquiera la lluvia,
Tiene manos tan pequeñas.