La que era, la que soy .

Vuelve con ganas


El tiempo es relativo.
Donde esta el tic-tac cuando mi cuerpo no abraza lo que llevo dentro y mi alma se reparte por ahí, donde esta cuando los recuerdos hacen de mi día un deja vù.
En ese momento el tiempo se llama ayer y rebobina mis pasos.
El tiempo entonces bailaba, aceleraba dejando poco más de un suspiro entre escena y escena, entonces el tiempo no importaba si no era para sorprendernos con el camino recorrido.
Paraste el tiempo y dejaron de tener significado palabras como mañana, ayer o aquella tarde. Las noches son la capa que disfrazan mi día y los meses me parecen días.
A cada rato las horas se aprietan convirtiéndose en segundo , robándome el aire de felicidad,, porque a pesar de todo, el mundo no ha dejado de regalarme momentos de esos en los que sobran de todo menos las ganas. Pero algo pulsa el pause y recorro con la mirada el momento que estoy viviendo y me siento intrusa, robando momentos que no son míos y pertenecen a una vida diferente.
Hace días que no sé quién soy, hace semanas que no se que quiero y hace meses que lo que venga después solo depende de un impulso. Hace un segundo que he escrito eso y ya me parece una eternidad desde que quise contártelo.
Hay tres mil enfermedades que creo padecer y todas llevan el prefijo de tu nombre.




¿Tenían razón, verdad?
Aquellos que decían que no vales, aquello que decían lo que me negué a escuchar.
Porque tus palabras duelen, no por sí mismas, sino por no encontrarle sentido. El porqué de tu falsa apariencia me puede y es que llámame ilusa pero me niego a pensar que detrás de todo esto no hay nada.


En lo referido a ti, a lo que quedaba, a lo que pudo ser, quisiera contarte que hoy soy dueña de mis actos, de mis sueños y de mi vida. Quisiera contarte que se paso tu tiempo. Que hoy llevo en los ojos la luna y no pienso regalarlos, hoy quiero ser mía, dueña de mi barco.