miércoles, 11 de mayo de 2011

Con los huesos mojados.

Por azar, que quizás él es el único que no ha olvidado quienes somos, me he encontrado contigo y conmigo, no a muchos pasos de aquí, en un día mucho más frio y lluvioso de hace un año.
Tú, sin darte cuenta fuiste el único en grabar ese día, en marcarlo en algún lado y hasta hoy yo no había caído en que aquel día también tenía una fecha.
Hasta hoy y por azar no había visto tu forma de marcarlo.
Y digo por azar porque ni tu voluntad ni la mía mueven ya alguna ficha, ni tu orgullo ni el mío se imponen con algún paso, yo por haber perdido la esperanza, tú, tú y mi-no saber… nada de tu verdad. Digo por azar porque es lo único que se encarga de recordarme al día, que un año después mantengo mi incapacidad de hacer planes.
Cumpliste con el tuyo, de no excederte, de no salir dañado y yo que no me sentía jugadora, acabe siendo la que se la pica en este maldito juego del escondite.
He creado un plan que quizás mañana no sirva y para eso faltan ya tan solo unos minutos, he creado un plan y por algo se empieza, un plan donde nunca vuelvan a haber palabras para ti, ni una letra más en este rincón, porque las cartas que son devueltas sin abrir y sin respuesta es que deben de haber sido enviadas en una mala dirección.
Voy a dejar de crear un laberinto en la palma de mi mano donde buscarte, voy a dejar de evitar-te en días, en presencia o sin ella, por dejar de evitar-te lo haré hasta en las palabras, porque quedarme muda de tu nombre me está haciendo olvidar como sonaba mi voz al pronunciarlo.
Por azar estoy aquí , intentándome hacer a la idea de que mañana es mañana y hoy es hoy y ningún día de la semana se llama ayer y ningún mes de este año se llama entonces.
Pero hoy tengo que decírtelo por miedo a reventar y porque es tu cumpleaños en mi vida, te odio por este enfado que se tiñe de amor tres veces al día, dos de indiferencia y cuatro de impulsos por acabar con esta situación.
Te odio por la horrible pesadilla en la que tu voz ha cambiado y no recuerdas que nunca me pareceré a ninguna. Por la absurda pesadilla en la que tu y yo solo somos dos seres normales, condenados a ser desconocidos. Te odio por no decirme si lo ves, el pasar del tiempo y no le temes.
Por no estar ahora conmigo que tanto te necesito, por no saber que hace tiempo que tú vives en mi sonrisa y yo en tus brazos, porque fue en ellos, en esos abrazos donde tú y yo nos conocimos.  Te odio porque pese a mi empeño yo si le temo al tiempo y veo como te conviertes en él y un día me levantare sin guardarte un hueco en mi vida y es quizás darme cuenta de que puedo dejar de necesitarte mi mayor temor, pues puedo y no quiero.
¿Quieres escuchar algo que nunca te dije?
Eres quien eres aquí en mi vida porque yo decidí retarte un día a que dejarás de quererme y me ganaste y ahora temo ser yo la ganadora, eres quien eres en este rincón porque ni hoy ni mañana, ni juntos, ni separados seremos como los demás, eres quien eres porque decir la última frase para mí sería algo horrible sino conociera nuestra manera de no complementarnos. Eres quien eres porque a pesar de todo confió más en ti que en mi misma.

Porque sentí lo mismo que tú la última vez que nos vimos, porque por primera vez nos sintonizamos para sentir algo sin preguntarnos que esperaba el otro o si valía. Porque hoy es el azar y tus tonterías que siempre me asustaron las que me han regalado hoy un numero que no conocía.






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