Si tú, yo.

De un portazo y sin echar la llave baja por las escaleras corriendo, con ganas de encontrarse de cara con el sol y esperando que el aire corra un poco para disimular quizás sus malos pelos.
Esta feliz, repleta y no hay mejores motivos de los que había ayer.
Quizás los golpes hoy no duelen tanto porque la vida de tanto darlos, enseña a pararlos, quizás su presencia ya no queme y sus ojos no se empañen.
Feliz por encontrarse de nuevo con miradas desconocidas, buscando en ellas un interés especial.

Me gusto recordar mis ganas, predecir ese momento en tus ojos desde el primer momento, me gusto ser tu pequeña excepción.
Por una vez desde hace mucho tiempo y sin sentido alguno, la tentación me dejo un sabor dulce y ganas de apostar.


Y buscar las ganas en tus ojos y sentir que me buscas entre la gente, arroparme de la noche y aprovecharme de esa confusión. Convertir a mi cazador en cazado y disfrutar con cada sonrisa que me dedicas.
Saber que es solo una noche, que no lleva nombre y solo desemboca en más ganas. Que de tanto tirar vencimos el juego y nadie lo vio venir.
Y por un momento tus palabras son mías, tu boca es mi caramelo y tus ojos mi capricho.
Y lo supe desde el primer momento en el que decidiste retar a mi cuerpo.