lunes, 3 de enero de 2011

Y vuelvo a ser una loca, para sobrevivir a esta locura de vida.

2010:
Todo esta al revés , como de costumbre, aunque esta vez debería ser un principio.
Y escucho tus palabras que son repercusión de las mías y ya no me rompo, ni caigo, porque parecen de una vida anterior, que anhelo , pero que ya no se si quiero vivir.


2011, tan solo un día.
Es fácil llegar al corazón de alguien, es fácil convertir tu sonrisa en su talismán incluso en hacer un enorme hueco en alguna vida.
Es difícil quedarse y mantener ese amor. Es difícil cumplir las promesas, es más fácil lanzar palabras al viento.
      
       Convertías los días en algo fácil, suavizabas mi humor y  robabas mi sonrisa sin saberlo. Te extraño porque ahora sentirte no me calma, me agota, por la mala costumbre con la que ahora me robas el aire, porque sin darte cuenta derrumbaste lo que sin querer construiste para mí.Porque sin quererlo me levante con ganas de hacer el mundo mejor a tu lado y  me quitas las ganas y paras mis pasos, volviéndolo todo complicado y estúpido y no de esa clase de estupideces como no abrir el paraguas si llueve o salir en pijama a la calle, no de esa clase de estupideces que te llevan a desacelerar sin razón.
    -¿Qué quieres decir?
    -  No lo sé, de la misma forma que no sé cuáles son las palabras 
   indicadas ahora mismo, solo salen sin más.    
   Porque uno no elige que sueña, uno no elige sentir miedo ni    hambre, uno no elige cuando llorar o reír, puede tratar de evitarlo, de parar la fuerza de aquello que siente,pero no borrarlo. No sé cómo se llama, ni si sirve para algo,pero tiene la fuerza suficiente como para no encontrarle sentido y callar, pero no dejo de ser yo y aún con esta fuerza necesitaba de ti.

Ella volverá a ser un concierto con entradas agotadas, un viaje sin billetes y una incerteza en tu vida, no por voluntad propia y quizás tampoco por azar, pero no sabe amar de otra forma, que no sea a minutos incompletos, de esos que rebosan en intensidad. Como un pitido de oídos o un pabellón aplaudiendo, subiendo como las cosquillas que producen los columpios, inalcanzable si no sabes cómo llegar.



Con los años uno aprende a camuflarse, uno deja de jugar a los campos de batalla si se ve herido, con el tiempo se aprende que los minutos duran poco y nunca vuelven.
Y hasta yo, aprendí eso.




FELIZ AÑO, SIGO CON MI LISTA DE PROPÓSITOS.

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;)

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